¿Qué es el EULA o el CLUF y cómo escribir uno?
Guía completa sobre el Acuerdo de Licencia del Usuario Final: para qué sirve, qué debe incluir y cómo generar el tuyo.

En breve
El EULA (siglas en inglés de Acuerdo de Licencia del Usuario Final) es un documento legal que utilizan los productos y servicios digitales -como aplicaciones móviles, software, videojuegos y algunas páginas web- para detallar cómo un usuario puede y no puede utilizarlo, así como las condiciones, restricciones y derechos que conlleva. En el EULA se especifican las reglas de uso de licencia y se delimitan las responsabilidades tanto de la empresa como del usuario. En español también se lo conoce como Contrato de Licencia de Usuario Final, o CLUF.
Cuando descargas una app en tu móvil o instalas un software nuevo en tu ordenador, usualmente te encuentras con una serie de documentos legales extensos que debes aceptar antes de empezar a utilizar el servicio. Uno de ellos es el Acuerdo de Licencia del Usuario Final, también conocido por su nombre en inglés, End-User License Agreement o simplemente EULA.
Si tienes un negocio online, una app móvil o piensas lanzar alguna clase de producto digital, es probable que necesites contar con un EULA, y en este artículo te explicaremos por qué. Además, te guiaremos en los aspectos que debes incluir y cómo generar uno de manera rápida y sencilla. ¡Vamos a ello!
¿Qué es el EULA o el Acuerdo de Licencia del Usuario Final?
EULA son las siglas en inglés de Acuerdo de Licencia del Usuario Final, y se trata de un documento legal que suelen incluir los proveedores de productos y servicios digitales (software, apps móviles, videojuegos, algunas páginas web, etc.) para establecer las condiciones de uso de la licencia. En pocas palabras, especifica de quién es propiedad el software y qué puede o no puede hacer el usuario con él.
Normalmente, el EULA aparece durante el proceso de instalación o configuración del software y debe ser aceptado por el usuario para que sea válido. A veces aparece con otros nombres, como “Acuerdos de licencia”, “Acuerdo de licencia de software” o “Acuerdo de usuario”. En español también se lo conoce como Contrato de Licencia de Usuario Final, o CLUF.
El EULA es un contrato legalmente vinculante, lo que le da validez judicial en caso de cualquier incidencia, y tiene dos partes involucradas:
- La empresa dueña, proveedora o creadora del software: aquella que tiene los derechos sobre el software y vende las respectivas licencias de uso.
- El usuario final: el que adquirió la licencia del software, por lo que tiene derecho a usarlo según las condiciones del contrato.
En este sentido, el propósito del EULA es especificar los términos, condiciones, responsabilidades, limitaciones, obligaciones, derechos y más que tiene el usuario al utilizar el servicio.
Desde la perspectiva de la empresa, este documento sirve para varios propósitos, entre ellos:
- Asentar y reafirmar la propiedad de la app, software, videojuego, plataforma o servicio digital.
- Establecer límites en la licencia de uso.
- Explicar los usos permitidos y las restricciones.
- Limitar responsabilidades.
- Tener una protección legal ante cualquier incidencia o uso indebido del servicio por parte del usuario.
- Explicitar las expectativas para los usuarios.
Ejemplos de EULA o CLUF
Tomemos como ejemplo un software muy popular, Microsoft Word. Entre otras cosas, el EULA del Word indica que el usuario puede instalar y activar el programa solo en un número limitado de dispositivos según la licencia que haya adquirido. Además, señala que el usuario tiene prohibido realizar “ingeniería inversa”, es decir, descompilar o desensamblar el software. Tampoco permite alquilar, arrendar o prestar el software a terceros.
El CLUF del Word también señala que Microsoft no es responsable de los daños que puedan surgir a partir del uso del programa. Por ejemplo, si un usuario utiliza Word para escribir una amenaza a otra persona, Microsoft no tendrá ninguna responsabilidad legal, aunque la empresa podría estar obligada a cooperar con las autoridades si se requiere información para una investigación judicial.
El EULA del Minecraft otorga a los usuarios el derecho de jugar al videojuego, pero establece claras limitaciones sobre la modificación, distribución, venta y uso del contenido del juego. Por ejemplo, los jugadores no pueden modificar el código del juego o sus recursos (como los mods) de manera que afecten la experiencia de otros jugadores sin el consentimiento de la empresa Mojang. Además, define reglas para los mods: el documento dice que “puedes hacer lo que quieras con ellos, siempre y cuando no los vendas por dinero ni intentes ganar dinero con ellos”.
¿El EULA es lo mismo que “Términos de uso” o “Términos de servicio”?
Aunque el EULA, los “Términos de uso” y los “Términos de servicio” son todos documentos legales que definen condiciones y protegen los derechos del proveedor, no son exactamente lo mismo: en general, el EULA se utiliza en software que se instala en dispositivos y se enfoca en regular el uso de la licencia. En cambio, los Términos de uso o de servicio suelen aplicarse a servicios en línea, como páginas web, plataformas digitales o tiendas online.
¿Cuándo deberías incluir un EULA o CLUF?
Incluir un EULA o un CLUF es necesario para diferentes contextos en los que se debe proteger los derechos del desarrollador de software y establecer las condiciones de uso.
Por ejemplo, si tienes una tienda online y has lanzado una app para alcanzar a más clientes, deberás contar con el EULA. De igual modo, si ofreces algún servicio en línea como una plataforma de colaboración o un editor virtual, también es recomendable incluir con este documento.
Estos son algunos de los casos más comunes:
- Software que requieren instalación en ordenadores.
- Aplicaciones móviles.
- Videojuegos.
- Plataformas de software como Servicio (SaaS) basadas en la nube.
- Apps web.
¿Necesitas un EULA para una página web?
Al ser un documento que establece reglas sobre licencias de uso de software, en general las páginas web regulares no necesitan incluir un EULA. Existen algunas excepciones que detallamos a continuación:
- Ofreces algún tipo de software descargable: si tu página permite que los usuarios descarguen alguna clase de programa (de escritorio, app móvil, plugin, etc.) puedes incluir el EULA en ella para que los usuarios sepan las limitaciones antes de iniciar la instalación.
- Proporcionas acceso a algún tipo de plataforma online desde el navegador web: si tu página brinda alguna clase de software como servicios (SaaS) basado en la nube, puedes incluir un EULA para explicitar las condiciones de uso. Por ejemplo: herramientas online como CRMs, editores de vídeo online, plataformas de contabilidad, etc.
- Vendes productos digitales bajo licencia: si tu web ofrece archivos como plantillas, plugins o códigos fuente puedes utilizar un EULA para establecer los derechos de uso. Por ejemplo, si es una licencia comercial, si se puede redistribuir, qué tipo de modificaciones están permitidas, etc.
¿El EULA es obligatorio por ley?
No es obligatorio por ley proporcionar un EULA, pero es altamente recomendable contar con uno si provees algún tipo de software, ya que es un documento que protege tu propiedad y limita tu responsabilidad en caso de que se cometa alguna clase de infracción. En otras palabras, si no cuentas con un EULA, puedes enfrentarte a problemas innecesarios en los juzgados.
¿Qué debe incluir un EULA o CLUF?
Aunque cada proveedor de software puede personalizar su EULA o CLUF según las características de su producto, existen algunos elementos básicos que no deberían faltar:
- Información del proveedor del software: razón social, dirección fiscal y datos de contacto.
- Información del software: nombre legal y propósito del producto.
- Momento de entrada en vigor: normalmente, el acuerdo entra en vigor en el momento en que el usuario acepta los términos.
- Propiedad del software: especificar que la empresa proveedora es la titular de todos los derechos sobre el software, y que lo que se otorga al usuario es un derecho de uso, no de propiedad. Esta parte es clave para proteger los derechos de autor.
- Restricciones de uso del software: detallar acciones no permitidas, como modificar el código, realizar ingeniería inversa, distribuir copias o reproducciones, utilizarlo para fines ilegales, etc.
- Cláusula “tal como está” (as-is): exime al desarrollador de ofrecer garantías sobre el funcionamiento del software y limita su responsabilidad ante posibles errores, fallos o interrupciones. Esto protege a la empresa frente a reclamaciones si el producto no cumple con las expectativas.
- Limitación de responsabilidad: establece que el proveedor no se hace responsable por daños derivados del uso del software, incluyendo pérdidas económicas, daños materiales, lesiones personales o daños a la reputación.
- Política de actualizaciones: explica si el software se actualizará automáticamente o bajo qué condiciones se realizarán las actualizaciones.
- Condiciones para finalizar la licencia: en qué momento puede terminar la licencia si el usuario no cumple con su parte.
- Ley aplicable: determina qué legislación se aplicará y ante qué tribunales se resolverán las posibles disputas.
Resulta importante que el usuario comprenda que se trata de un contrato legalmente vinculante, de modo que al aceptar los términos del EULA, reconoce estar sujeto a él.
También es recomendable dejar claro que la aceptación del EULA es un requisito indispensable para poder utilizar el software. En caso contrario, la empresa podría quedar desprotegida ante futuros conflictos legales.
¿Cómo escribir un EULA?
Ahora que ya sabes lo que es un EULA y cuándo debes incluirlo, probablemente te preguntes: ¿Cómo se escribe uno sin ser un experto en leyes sobre software?
Si necesitas incluir un EULA para tu producto digital, tienes tres opciones:
- Escribirlo por ti mismo
- Que lo escriba un bufete de abogados
- Usar una plantilla o un generador
La primera opción es, definitivamente, la más complicada. Si no conoces en detalle la legislación sobre derechos de licencia para productos digitales, puedes cometer errores u omisiones que luego te costarán caro.
Otra opción es contratar a un bufete de abogado especializados en leyes del mundo digital para que lo redacte. Esta opción es la más completa, pero también la más costosa en términos de dinero.
La forma más fácil y económica es utilizar una plantilla o un generador de EULA. Si la jerga técnica se te hace difícil, hoy en día existen soluciones que te ayudan a surfear en todos los aspectos legales del mundo digital sin complicaciones. Termly, por ejemplo, cuenta con un servicio en que solo debes completar una serie de datos básicos sobre tu aplicación o software y las reglas o restricciones que el usuario debe cumplir. En poco tiempo, se generará un EULA personalizado y listo para publicar. De igual manera, te ayuda a generar políticas de privacidad, banners de cookies y otros aspectos de cumplimiento normativo.
Conclusión: protégete con un EULA
Tener un EULA o CLUF no es solo una formalidad, sino una parte esencial de cualquier proyecto digital. Al redactarlo, no solo proteges tu trabajo y tus derechos de autor, sino que también ofreces a tus usuarios claridad sobre el uso adecuado del software. Esto genera confianza, reduce riesgos legales y te permite establecer una relación más profesional y transparente con tus clientes.